O sí. Si se trata de hacer queso sí, porque la segunda parte es degustarlo. Esta mañana hemos
sacado de los moldes los dos quesos que hizo ayer Javier. Tenían su forma: sus puntitos. Y nos
ha hecho mucha gracia.
El queso estaba delicioso: compacto, sabroso, tierno.
En un momento ha desaparecido uno entero. A trocitos lo hemos probado: primero solo, luego
con miel.
Rico rico, sano sano.
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