Llegando el mes de abril, hemos sembrado en la tierra las semillas de calabaza guardadas de las que vaciamos en Halloween.
Las hemos secado este invierno y ahora en primavera las devolvemos a la tierra con la esperanza de recoger nuevas calabazas el próximo curso, cuando llegue de nuevo esa fiesta.
Anécdota: muchas de las semillas, una vez secas, fueron comidas por el alumnado de infantil. Descubriendo así otro alimneto que sale de las calabazas: "las pipas".
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